La experimentación sexual
|Disfrutar de los placeres de la vida es un derecho universal, como es el caso del sexo. El tema de la sexualidad constituye un tema de controversia y polémica debido a la contradicción de opiniones e ideas. A pesar de estar en una etapa bastante moderna y con diversidad de recursos e información aun gran parte de nuestra sociedad posee una mente bastante tradicional, anticuada y degenerada de lo que es realmente el sexo.
En tiempos pasados el sexo constituía un placer pecaminoso que tan solo nos llevaba al camino del vicio y, por tanto, hacia el camino del mal. Anteriormente se exigía reprimir el deseo y hacer callar nuestras fantasías depravadas para evitar caer en la perdición. El sexo tan sólo era una herramienta que se debía utilizar únicamente para la procreación.
Sin embargo, la gran mayoría ha evolucionado y ha comprendido que la manipulación y los prejuicios vertidos sobre la sexualidad tenían finalidades bastante poco éticas. Hoy en día, la sexualidad es un terreno donde debemos explorar, disfrutar y experimentar.
Una de las actividades más atrevidas en relación con el erotismo y la sensualidad es el sexo telefónico o llamadas eróticas. Se trata de una práctica bastante común a pesar de no disponer de datos y cifras contundentes debido a que el tema del sexo sigue siendo aun un tema que se difumina bastante.
El sexo telefónico es una conducta para experimentar el placer a través de los sentidos. Se trata de una práctica bastante pícara y atrevida donde nuestras fantasías más profundas son puestas en escena, ya sea con nuestra pareja o llamando a un servicio de llamadas eróticas.
El sexo debería concebirse como una práctica natural y propia del ser humano pero desgraciadamente siempre se ha tratado como una conducta que nos lleva al mal camino y que solo debe practicarse para la reproducción.
Estas teorías principalmente nacían por parte de sectores religiosos que creían – y desgraciadamente aún siguen creyéndolo- que deben establecer “pautas” o “normas” de conducta de algo que es propio, personal e íntimo.
Disfrutar del sexo es un derecho y por ello debemos explorar y experimentar para conocernos y conocer nuestro cuerpo, así como aquello que nos gusta como aquello que no nos gusta.
Hoy en día, nuestra actitud sexual es más abierta y discernida debido al gran conocimiento que poseemos y al hecho de que muchos se han deshecho de las cadenas que les ataban para ser libres. la libertad sexual generalmente no es atada mediante la práctica sino mediante la teoría, es decir, la educación que recibimos sobre este tema puede determinar nuestras conductas e incluso nuestra personalidad.
La educación sexual es por tanto un terreno bastante importante y por ello se debe fomentar la educación y la libertad.
Si orientamos una actitud sexual negativa determinaremos a una persona en sus experiencias físicas e incluso emocionales. Debemos, pues plantear este concepto de forma equilibrada y sensata con tal de evitar el desprecio a lo desconocido y otras consecuencias que se puedan derivar.